Marcelino Perelló Valls, líder del Movimiento estudiantil de 1968, invalidó los casos de abuso y acoso sexual cometidos contra Daphne, la menor violada por cuatro jóvenes en Boca del Río, Veracruz, y Tamara de Anda, quien tomó acciones contra un taxista que la llamó guapa.

Durante la emisión del programa de radio ‘Sentido Contrario’, de Radio UNAM, el pasado 28 de marzo el catedrático declaró que “estamos construyendo un infierno”, pues en su época se hablaba de “esas muchachas a las que les dices ‘guapa’ y se ofenden”.

Ante el cuestionamiento del segundo locutor, Javier Platas, sobre qué opinaba entonces de “la otra chava a la que le metieron los dedos”, cuyo agresor, Diego Cruz, obtuvo un amparo con el que podría quedar libre, contestó que “meter los dedos no es para armar un desmadre estrepitoso”.

Para el matemático, la violación implica necesariamente penetración con pene, pues “sin v#@%! no hay violación. Con palos de escoba, dedos y vibradores no hay violaciones”. En este sentido, aseguró que ni en un abuso sexual hay que “desgarrarse las vestiduras”.

Finalmente, comentó que “el meterle los dedos a una mujer por cualquier orificio cuando ella no quiere debería estar penado”, pero dejó claro que, de acuerdo a su concentrado machismo y sexismo, sólo se le puede llamar violación cuando existe la presencia de un pene.

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