Trump rompe tradición en la celebración del 5 de mayo en la Casa Blanca
Washington- Durante los últimos 16 años, desde el primer gobierno de George W. Bush hasta el último de Barack Obama, la Casa Blanca se convirtió cada 5 de Mayo en un colorido festejo a la hispanidad, los aportes de los mexicanos y la hermandad con Estados Unidos.
En esa fecha, el tequila, las margaritas y la cerveza fueron las bebidas más solicitadas entre los políticos, personalidades del espectáculo e invitados especiales al festejo, que se celebraba en el Salón Este o en el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca.
De igual modo, eran comunes algunos de los más tradicionales antojitos mexicanos como los tacos, empanadas, las gorditas y el ceviche, aunque con un toque moderno, pues casi siempre se trataba de porciones mucho más pequeñas que las que se pueden encontrar en los restaurantes de comida mexicana.
Durante el festejo en el 2011, el presidente Obama reveló el fuerte gusto de la primera dama Michelle Obama por la comida mexicana y en particular, su gusto por los tamales, quizá en grado extremo, según recordó entonces.
“El otro día estábamos comiendo con las niñas, y la pregunte a Michelle cuál era su comida preferida y dijo que la comida mexicana. Y en verdad te digo que tú no quieres estar entre Michelle y un tamal”, recordó el entonces mandatario entre las risas de los asistentes.
Además de las bebidas y la comida, lo música era también uno de los atractivos esperados con anticipación entre los invitados a la festividad, que en algunos años fue adelantada al 4 de mayo por motivo de agenda de los mandatarios.
Un componente tradicional del espectáculo musical fue la presencia de los mariachis y grupos de bailes tradicionales, como el ballet de Amalia Hernández o compañías locales como el ballet de Maru Montero.
En el 2015, la recepción fue amenizada por la Orquesta Juvenil Esperanza Azteca, integrada por jóvenes músicos méxico-estadunidenses originarios de Los Ángeles, California, así como por mexicanos del estado de Puebla.
El año pasado, el espectáculo musical estuvo a cargo de la banda mexicana Maná, quien por espacio de una hora, un tiempo récord para un artista invitado a participar en la ceremonia, deleitó a los presentes con algunos de sus mayores éxitos.
Aunque no de manera oficial, la fecha ha quedado ya integrada al calendario festivo de Estados Unidos, y en el 2005, el Congreso aprobó una resolución refiriendo la fecha como un recordatorio de los cercanos lazos espirituales y económicos entre la gente de México y de Estados Unidos.
La resolución exhortó igualmente al entonces presidente George W. Bush a emitir una proclama llamando a los estadunidenses a observar la fecha con festividades y ceremonias apropiadas.
Durante la administración de Bush la celebración por el 5 de Mayo quedó incorporada como parte de los festejos sociales anuales de la Casa Blanca, la que fue mantenida bajo la administración del presidente Obama.
En México, la efeméride del 5 de Mayo recuerda la Batalla de Puebla de 1862, en la que el ejército mexicano, comandado por el general Ignacio Zaragoza, venció a las tropas francesas.
Este jueves, el primer festejo bajo la administración de Donald Trump tuvo un bajo perfil y bastante deslucido.
La festividad, encabezada por el vicepresidente Mike Pence y no por Trump, fue sacada de la Casa Blanca y trasladada al viejo edificio administrativo adjunto a la residencia presidencial, donde si bien las bebidas y los antojitos no escasearon, el sonido de los mariachis se apagó para ser reemplazado por un trío.