La conversación explotó como levadura en horno caliente. Richard Hart, reconocido panadero británico con trayectoria internacional, volvió al centro del chisme digital luego de que se revivieran declaraciones donde descalificó la cultura del pan en México. Lo que parecía una entrevista más, terminó en una tormenta perfecta de críticas, memes y llamados a la reflexión.

Aunque los comentarios no eran recientes, el audio volvió a circular con fuerza en 2024. En una entrevista para el pódcast PopFoodie Radio, Hart aseguró que en México “no existe la cultura del pan”, cuestionó la calidad de la harina nacional y calificó al bolillo —sí, el bolillo— como “pan feo”. ¿Exagerado? Para muchos, fue una falta de respeto directa a la mesa mexicana.

Pero la frase que terminó de incendiar todo fue cuando afirmó que el pan dulce mexicano “ni es pan; es pastel”. Bastó eso para que usuarios, chefs, panaderos y amantes del cafecito con concha salieran a defender lo que para muchos es identidad pura. ¿Quién se mete con el bolillo y espera salir ileso?

La polémica coincidió con la apertura de Green Rhino, su nueva panadería en la colonia Roma Norte de la CDMX, una zona donde la gentrificación ya genera tensiones. Las redes no perdonaron: el negocio desactivó comentarios en Instagram y el enojo escaló rápido. ¿Casualidad o mala lectura del contexto?

Ante la presión, Hart publicó un comunicado ofreciendo disculpas públicas. Reconoció su error, aceptó que habló sin el respeto que merecía el país donde vive y recordó que, como extranjero, es un invitado. “Me equivoqué, y lo lamento profundamente”, escribió. ¿Suficiente para apagar el incendio?

El panadero también admitió que una disculpa no borra el agravio, pero dijo estar dispuesto a aprender y corregir. Prometió demostrar con acciones —no solo palabras— que entiende la riqueza cultural del pan en México. La pregunta ahora es: ¿las redes le darán segunda oportunidad?

La trayectoria de Hart no es menor. Pasó por Tartine Bakery en San Francisco y cofundó Hart Bageri en Copenhague junto a René Redzepi. Sin embargo, hoy su prestigio no se cuestiona por técnica, sino por sensibilidad cultural. En tiempos de redes, eso pesa… y mucho.

Más allá de CDMX, esta discusión resuena en todo el país. En Ciudad Obregón, donde el bolillo, el pan dulce y la panadería de barrio siguen siendo parte del día a día, el debate no pasa desapercibido. ¿Es válido criticar una tradición desde fuera? ¿O el pan, como la identidad, no se toca? OBRNoticias lo pone sobre la mesa: Las noticias que vale la pena conocer.

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