Paquita la del Barrio, un adiós a la voz del despecho mexicano

Paquita la del Barrio, un adiós a la voz del despecho mexicano

La música ranchera y el regional mexicano están de luto tras el fallecimiento de Francisca Viveros Barradas, mejor conocida como Paquita la del Barrio, una de las intérpretes más queridas y emblemáticas del país. Su inigualable manera de cantar al desamor y su estilo directo y sin rodeos hicieron de ella una de las artistas más auténticas de la música popular.

Desde su hogar en Alto Lucero, Veracruz, la noticia de su partida ha conmovido a la industria musical y a miles de fanáticos que por más de cuatro décadas la acompañaron en su trayectoria. Con su característico tono de voz y su energía inquebrantable en el escenario, Paquita logró transmitir historias de traición, despecho y empoderamiento femenino mucho antes de que estos temas fueran abiertamente discutidos en la música.

“Rata de dos patas”, su éxito más icónico, se convirtió en un himno generacional, con su famosa frase “¿Me estás oyendo, inútil?”, que resonó en cada uno de sus conciertos. Sin embargo, su legado musical va mucho más allá de esta canción, con temas como “Tres veces te engañé”, “Cheque en blanco” y “Me saludas a la tuya”, que continúan vigentes en la memoria de su público.

A lo largo de su carrera, Paquita la del Barrio grabó más de 30 discos y vendió más de 20 millones de copias, trabajando con grandes figuras de la música como Vicente Fernández, Juan Gabriel, Jenni Rivera, Joan Sebastián y Lupita D’Alessio, consolidando su lugar como una de las intérpretes más representativas del género.

Aunque nunca se consideró feminista, sí se definía como una “defensora de las mujeres”, pues sus letras daban voz a quienes habían sufrido desamor y engaño. Su estilo inconfundible, su presencia en el escenario y su conexión con el público la convirtieron en un ícono de la cultura popular mexicana.

Desde el anuncio de su fallecimiento, artistas, fanáticos y figuras del entretenimiento han expresado su tristeza y reconocimiento a su legado. Su familia ha pedido respeto y privacidad en estos momentos de duelo, mientras el mundo de la música la despide con gratitud y admiración.

En Ciudad Obregón y muchas otras ciudades del país, su música ha sido una constante en celebraciones y reuniones familiares, y sin duda, seguirá siendo parte del cancionero popular por generaciones. Su voz podrá haberse apagado, pero su legado seguirá resonando en los corazones de quienes alguna vez cantaron sus letras con pasión y sentimiento.

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