Ciudad del Vaticano,.- El Papa Francisco aceptó hoy la renuncia anticipada del obispo auxiliar de Los Ángeles, Alexander Salazar, quien fue acusado de haber tenido una “conducta indebida” con un menor en los años 90, episodio considerado “creíble” por un panel independiente de expertos.

En un comunicado de apenas dos líneas, la sala de prensa de la Santa Sede dio a conocer la salida del clérigo de origen costarricense, pero no dio ninguna explicación sobre los motivos de su dimisión.

Nacido el 28 de noviembre de 1949 en San José, Costa Rica, pero residente en Estados Unidos desde muy pequeño (1953), Salazar apenas cumplió los 69 años, muy lejos de los 75, edad de jubilación obligatoria de los obispos según la ley fundamental de la Iglesia católica.

Quien sí explicó los detalles del caso fue el arzobispo de Los Ángeles, José Gómez, quien en una carta pública explicó que en 2005 -un año después de que Salazar fuera ordenado obispo- su arquidiócesis fue informada de la denuncia, pero precisó que ya en 2002 ni la policía ni el Fiscal de Distrito habían decidido procesar.

“La acusación contra el obispo Salazar provino de una supuesta conducta indebida que se dice ocurrió en la década de los años 90, antes de ser ordenado obispo, cuando estaba sirviendo como sacerdote de una iglesia”, indicó.

Precisó que, no obstante, los antecedentes del caso se enviaron a la Congregación para la Doctrina de la Fe, sección del Vaticano responsable de investigar y enjuiciar, según el derecho canónico, los delitos graves de los sacerdotes, entre ellos el abuso sexual contra menor.

Esa oficina decidió imponer “ciertas medidas de precaución” al ministerio del obispo, quien desde el momento en que se presentó la denuncia por primera vez “negó consistentemente” haber protagonizado cualquier acto inmoral, continuó.

Gómez aclaró que, pese a los dichos del acusado, él mismo solicitó y recibió permiso a la Congregación para los Obispos del Vaticano para presentar la acusación ante el Comité de Supervisión de Mala Conducta del Clero, una junta independiente de la propia arquidiócesis.

“El Comité encontró que la acusación era creíble y presenté sus conclusiones y recomendaciones junto con mi propio voto a la Santa Sede para que se tomara una decisión final sobre el estado del obispo Salazar”, abundó.

El arzobispo no precisó si, más allá de retirarlo del episcopado activo, el Papa autorizó alguna otra sanción contra el imputado, por ejemplo la remoción del estado clerical.

Al referirse a la renuncia de Salazar, estableció que la medida se tomó por la “profunda preocupación” que existe en la Iglesia “por la sanación y la reconciliación de las víctimas de abuso”.

“Sigamos manteniéndonos cerca de las víctimas-sobrevivientes de abuso, a través de nuestra oración y nuestras acciones”, ponderó.

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