Se calienta la lomita y también el chisme: el Trofeo Vicente “Huevo” Romo vuelve a escena y ya hay pasiones encontradas. ¿Dominio real o narrativa inflada por la rivalidad? En la tribuna digital, cada ponche se discute como si fuera final.

En la última década hubo dos bombazos de élite: Triples Coronas de pitcheo —líder en victorias, ponches y efectividad— con Elian Leyva (Charros, 2018-2019) y Robert Stock (Naranjeros, 2024-2025). ¿Quién trae hoy esa combinación mortal de brazo, control y temple para repetir la receta?

El cubano Elian Leyva es el único que repitió el premio en estos años, sumando otra joya con Naranjeros en 2021-2022. Experiencia mata reflectores, dicen. ¿Prefieres la constancia de un veterano o la sorpresa de un brazo que nadie veía venir?

Dato que abre pleito en la sobremesa: los derechos han dominado el reconocimiento. El zurdo Juan Pablo Oramas rompió la inercia en 2020-2021 con Hermosillo. ¿Qué seduce más al aficionado: la elegancia del zurdo o la recta pesada del derecho que te quita el bate de las manos?

Sinaloa también presume brillo: Cañeros de Los Mochis con Luis Fernando Miranda y Yoanys Quiala; Tomateros con Manny Barreda; y Venados con Mitch Lively. ¿Es racha, proyecto deportivo o simple coincidencia? ¿Qué deberían copiar los demás staff para pelear la corona?

La 2025-2026 ya toca la puerta: brazos afinándose, coaches ajustando y candidatos levantando la mano. En enero conoceremos al Pitcher del Año. ¿Qué métrica te convence más para elegir: la efectividad a fuego lento o el show de los ponches que enciende a la grada?

En Cajeme no vemos esto de lejitos: cada dominio rival pica el orgullo y exige respuesta en la loma. ¿Qué esperas del pitcheo este invierno: control quirúrgico, bullpen implacable o aperturas largas que amarren series? ¿Quién es tu tapado para dar el campanazo?

Aunque la historia se escribe por toda la LMP, aquí en Ciudad Obregón la vivimos con corazón y análisis. Te leemos, Cajeme: comenta, debate y súmate a OBRNoticias.com, Las noticias que vale la pena conocer. Porque el beis también se goza —y se discute— desde nuestra casa.

Comentarios

comentarios