Muere Björn Andrésen, el actor que fue prisionero de su propia belleza
El mundo del cine europeo despide a uno de sus rostros más enigmáticos. Björn Andrésen, el actor y músico sueco que encarnó la belleza ideal en Muerte en Venecia, murió a los 70 años. La noticia fue confirmada por el cineasta Kristian Petri, quien codirigió el documental El chico más bello del mundo, donde Andrésen narró su propia historia de fama y dolor.
Nacido en Estocolmo en 1955, Andrésen tenía solo 15 años cuando el director italiano Luchino Visconti lo eligió entre cientos de jóvenes para interpretar a Tadzio, el adolescente que obsesiona al personaje principal del filme. Su rostro angelical y su mirada melancólica impactaron tanto al público que Visconti lo presentó ante la prensa como “el chico más bello del mundo”.
Aquella frase lo catapultó a la fama… pero también lo condenó. “Me sentí como un animal exótico en una jaula”, confesó años después. Atrapado en una imagen que no eligió, el joven actor enfrentó el peso de ser símbolo de belleza antes de entender lo que significaba ser adulto.
Su historia personal estuvo marcada por tragedias: la muerte de su madre por suicidio, la ausencia de su padre y la presión de una fama que lo llevó por caminos oscuros. Durante la promoción de la película, Visconti lo expuso en ambientes inapropiados para su edad, experiencias que él mismo describió después como traumáticas.
Intentando huir de su imagen de “efebo perfecto”, se refugió en la música y viajó a Japón, donde tuvo una corta carrera como cantante pop. Paradójicamente, su rostro inspiró a la mangaka Riyoko Ikeda para crear a Lady Oscar, personaje central del icónico anime La Rosa de Versalles.
Décadas después, Björn reapareció en el cine con Midsommar (2019), de Ari Aster, donde interpretó un papel menor pero simbólico: el de un hombre mayor, cansado, que parecía reflejar su propia historia. “Mi carrera empezó en la cima y fue descendiendo. Fue muy solitario”, declaró en una de sus últimas entrevistas.
Su vida fue una constante lucha contra el peso de un rostro que definió una época. Hoy, su partida deja una huella profunda en la historia del cine, recordándonos que detrás del brillo de la fama también existen sombras difíciles de borrar.
Desde Ciudad Obregón, muchos cinéfilos y amantes del arte recordarán a Björn Andrésen no solo por su belleza, sino por su honestidad al mostrarnos que la fragilidad también puede ser parte del arte.



