La traición que rompió a PXNDX: Arturo Arredondo lo confirma todo
El rock regio vuelve a ser tema de conversación. Arturo Arredondo, exguitarrista de PXNDX, rompió el silencio sobre uno de los secretos más comentados en la escena musical de Monterrey: la infidelidad de su entonces esposa con su compañero y amigo, José Madero Vizcaíno. Sí, el mismo “Pepe” que millones de fans seguían como la voz del grupo.
Durante años, los rumores se mantuvieron como leyenda urbana, pero el propio Arredondo lo confirmó en una entrevista reciente. Aunque el músico aseguró que no busca revivir el pasado, su declaración fue contundente. “¿A estas alturas? Medio Monterrey ya sabe”, dijo con un tono que muchos interpretaron como resignación… o cansancio.
El periodista Mich Rubalcava fue quien dio más contexto: según relató, la historia se destapó cuando Vicky, entonces novia de José Madero, encontró pruebas de la infidelidad. Conversaciones, fotos y videos fueron suficientes para que el escándalo explotara en el círculo cercano de la banda.
“Pepe Madero le dio vajilla a su amigo Arturo, su mejor amigo de toda la vida”, relató Rubalcava, asegurando que la tensión entre ambos se volvió insoportable. Arredondo no desmintió nada, y solo dejó una frase que se volvió viral entre los fans: “La verdad siempre encuentra su camino. Uno aprende a no meterse al lodo con marranos.”
Tras ese conflicto, PXNDX anunció en 2015 una “pausa indefinida”, pero ahora todo apunta a que la ruptura fue mucho más personal que profesional. El desgaste creativo solo fue una excusa para ocultar una traición que marcó el final de una era.
Mientras Madero siguió su camino como solista, Arredondo optó por alejarse del escándalo y enfocarse en nuevos proyectos musicales. Sin embargo, las heridas de aquella historia siguen vivas entre los fans, quienes hoy debaten si la banda podría haber sobrevivido sin ese conflicto interno.
¿Era inevitable el final de PXNDX? ¿O el ego y los secretos fueron más fuertes que la música? Las redes se han llenado de nostalgia, críticas y apoyo dividido entre ambos músicos. Muchos aseguran que este tipo de historias muestran el lado más humano —y caótico— del rock mexicano.
Y aunque la historia sucedió en Monterrey, no hay cajemense que no haya coreado “Los Malaventurados No Lloran” o que no tenga una historia ligada a las canciones de PXNDX. Porque al final, este tipo de chismes no solo nos entretienen… también nos recuerdan que hasta las bandas más grandes pueden caer por amor.
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