La selección de Japón acaba de escribir un nuevo capítulo en la historia del futbol mundial. En un amistoso disputado en el Estadio Ajinomoto de Tokio, los Samuráis Azules remontaron un marcador adverso de 0-2 para vencer 3-2 a Brasil, una de las potencias más grandes del balompié.

Los goles de Paulo Henrique al minuto 26 y de Gabriel Martinelli al 32 parecían sentenciar el encuentro temprano a favor de los sudamericanos. Sin embargo, el segundo tiempo trajo consigo una sorprendente reacción japonesa, cargada de intensidad, precisión y orgullo nacional.

Al 52’, Takumi Minamino encendió la esperanza descontando con un disparo cruzado. Diez minutos después, Keito Nakamura igualó el marcador con un golazo que desató la locura en las gradas. Y al 71’, Ayase Ueda completó la hazaña con un tanto que quedará grabado para siempre en la memoria del futbol nipón.

Con este resultado, Japón logró su primera victoria en la historia sobre Brasil, tras nueve enfrentamientos previos donde solo habían conseguido dos empates. Este triunfo no solo rompe una estadística, sino que consolida a la selección asiática como una de las más disciplinadas y prometedoras rumbo al Mundial 2026.

El equipo dirigido por Hajime Moriyasu venía de un empate ante México (0-0) y una derrota contra Estados Unidos (2-0), pero la victoria ante Brasil ha devuelto la confianza al plantel y a la afición. En redes sociales, miles de fanáticos destacaron el “espíritu samurái” de un equipo que nunca dejó de luchar.

Un detalle curioso fue que Ayase Ueda, el héroe del partido, recientemente intercambió camisetas con el mexicano Santiago Giménez, su excompañero en el Feyenoord. Ese gesto ha hecho que aficionados del Tri también celebren la victoria japonesa con simpatía y admiración.

El próximo reto para Japón será su duelo ante Bolivia el 18 de noviembre, antes del esperado sorteo del Mundial 2026. La selección nipona busca consolidarse como una potencia asiática y demostrar que su futbol técnico y disciplinado puede vencer incluso a los gigantes.

En Cajeme, más de un aficionado ya comenta sobre esta hazaña que da lecciones más allá del futbol: nunca rendirse, aunque el marcador parezca imposible. Porque al final, las victorias más grandes son las que se consiguen con corazón, esfuerzo y disciplina… valores que también nos representan a los cajemenses.

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