Desde el corazón del Vaticano, el Papa León XIV lanzó un llamado firme y esperanzador para detener la violencia en Medio Oriente, especialmente en zonas como Irán, Israel y Gaza, donde el conflicto armado ha cobrado la vida de miles de civiles y amenaza con escalar a niveles irreversibles. Lo hizo durante su mensaje dominical tras el rezo del Ángelus, ante miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro.

Con voz firme y visiblemente preocupado, el pontífice expresó que “la humanidad grita e invoca la paz”, pero que ese clamor está siendo ahogado por el estruendo de las armas y discursos cargados de odio. Para León XIV, no se trata de una realidad lejana, sino de una urgencia global que requiere decisiones valientes y sensatas por parte de las naciones.

“El sufrimiento cotidiano de la población, sobre todo en Gaza, no puede quedar en el olvido”, dijo. Con estas palabras, el líder de la Iglesia Católica recordó que todos los países, sin importar su ubicación o influencia, tienen una responsabilidad moral colectiva: proteger la dignidad humana y evitar que la guerra se normalice como solución.

El Papa exhortó a la comunidad internacional a frenar la espiral de violencia y a apostar por el diálogo y la diplomacia. “Que las naciones tracen su futuro con obras de paz, no con violencia ni conflictos sangrientos”, declaró. Su mensaje no solo fue escuchado, sino también acogido con seriedad por múltiples sectores de la Iglesia y la sociedad civil.

En México, la Conferencia del Episcopado Mexicano respondió con prontitud, invitando a todas las diócesis del país a sumarse en oración por la paz. Mediante un comunicado, se pidió que cada misa, Rosario o momento de reflexión espiritual se ofrezca con la intención de tocar los corazones de quienes promueven el conflicto.

“El diálogo desarmado y desarmante es el único camino para la paz”, reiteró el Papa, haciendo eco de las enseñanzas cristianas que apelan a la inteligencia emocional, el respeto y la valentía para construir un mundo más justo. En tiempos de tensión global, estas palabras adquieren un nuevo significado que trasciende credos y fronteras.

La frase “Cristo es nuestra Paz” cerró su mensaje como un recordatorio de que, incluso en medio de la adversidad, la esperanza puede ser más fuerte que la violencia. Un llamado a la conciencia colectiva, para que las decisiones se tomen pensando en el bienestar común y no en intereses destructivos.

Y aunque el mensaje fue pronunciado en Roma, su eco llega hasta comunidades como Ciudad Obregón, donde muchas personas siguen preocupadas por la paz en el mundo. En OBRNoticias.com creemos que escuchar y reflexionar sobre estos llamados también es parte de “las noticias que vale la pena conocer.”

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