El mexicano que cambió la TV para siempre: el legado de González Camarena

El mexicano que cambió la TV para siempre: el legado de González Camarena

La televisión no solo ha sido un aparato más en el hogar. Es una ventana al mundo, un puente para informarnos, entretenernos y entender realidades que antes parecían lejanas. Por eso, cada 21 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la Televisión, fecha que reconoce el poder de este medio y su impacto social. Sin embargo, lo que muchos no saben es que un mexicano fue pieza clave en esta evolución.

Guillermo González Camarena, nacido en Guadalajara en 1917, fue el inventor que revolucionó la manera de transmitir imágenes y dio vida a la televisión a color. Un orgullo nacional que hoy vuelve a tomar fuerza, especialmente al recordar su profunda influencia en la forma en que generaciones completas han visto el mundo desde sus salas.

Desde niño mostró un talento fuera de lo común: construyó su primer radiotransmisor a los ocho años y, antes de llegar a la adolescencia, ya armaba radios de aficionados. Su curiosidad, acompañada de creatividad y disciplina, lo llevaron a soñar con algo impensable en su época: mejorar la televisión para que mostrara colores reales y vibrantes.

Ese sueño tomó forma el 31 de agosto de 1946, cuando desde su laboratorio en la Ciudad de México logró transmitir una señal de video a color utilizando los colores primarios. Aquella hazaña, lograda con un sistema propio llamado “tricromático secuencial de campos”, abrió paso a una nueva era tecnológica que cambió la historia del mundo entero.

Su sistema fue reconocido internacionalmente y patentado, demostrando que la innovación mexicana podía competir y superar los avances de países más industrializados. Aunque el primer televisor a color llegó al mercado ocho años después, fue el trabajo de Camarena el que permitió que esa tecnología se volviera estándar global en los años sesenta.

Además de científico, Camarena era músico, astrónomo aficionado y un apasionado del folclore. Su composición Río Colorado llegó a financiar parte de sus investigaciones. Un verdadero hombre multifacético que demostró que la genialidad puede florecer en muchas disciplinas a la vez.

Su muerte, ocurrida en 1965 por un accidente automovilístico, dejó un enorme vacío en la ciencia mexicana; sin embargo, su legado sigue encendido cada vez que un televisor prende en cualquier hogar del mundo. La televisión moderna, viva, precisa y colorida, le debe su evolución a este mexicano extraordinario.

Recordar el Día Mundial de la Televisión también invita a reflexionar sobre el impacto de los medios en nuestra vida diaria y a valorar a quienes hicieron posible esa conexión visual con el mundo. Y aunque esta historia se escribió lejos de Cajeme, vale la pena celebrarla aquí, donde la televisión sigue siendo una de las principales fuentes de información para miles de familias obregonenses.

Porque en Ciudad Obregón, como en todo México, seguimos disfrutando cada día del color que Guillermo González Camarena nos regaló.
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