Una tragedia sacude al futbol mexicano. Lo que debía ser una noche de celebración tras el partido entre Cruz Azul y Rayados terminó en tragedia cuando un aficionado perdió la vida bajo circunstancias que, hasta ahora, siguen siendo confusas.

Los hechos ocurrieron el pasado 25 de octubre en el Estadio Olímpico Universitario, donde Seguridad de la UNAM detuvo a un aficionado que, según reportes oficiales, se encontraba en “aparente estado de ebriedad” y se negó a retirarse del estacionamiento del recinto. Momentos después, el hombre, identificado como Rodrigo Mondragón, fue sometido… y posteriormente, perdió la vida.

De acuerdo con el comunicado de la Dirección de Análisis, Protección y Seguridad Universitaria, el aficionado sufrió un “desvanecimiento” cuando estaba por ser entregado a las autoridades. “A pesar de los esfuerzos por reanimarlo, lamentablemente se determinó la ausencia de signos vitales”, se lee en el informe. Sin embargo, las dudas no se hicieron esperar: ¿qué causó el desvanecimiento?, ¿hubo uso excesivo de la fuerza?

Hasta el momento, la Fiscalía General de Justicia de la CDMX confirmó que cuatro personas están siendo investigadas en relación con los hechos. Aun así, ni la directiva de Cruz Azul ni las autoridades universitarias han ofrecido más detalles. El hermetismo en torno al caso ha generado indignación en redes sociales y entre los aficionados del club.

Por su parte, la Liga MX emitió un breve comunicado lamentando los hechos y reiterando su compromiso con la seguridad en los estadios. “La violencia es inaceptable dentro y fuera de la cancha”, se lee en el mensaje, aunque la liga aclaró que al momento de los hechos “el personal operativo ya se había retirado”.

La falta de información ha avivado el debate sobre la capacitación del personal de seguridad universitaria, señalada desde hace años por su falta de protocolos y su historial de abusos en distintos eventos. No sólo con aficionados, sino también con la propia comunidad estudiantil de la UNAM.

En redes sociales, aficionados del Cruz Azul exigen justicia y transparencia. “Queremos respuestas, no comunicados vacíos”, escriben algunos. Otros piden que se revise la actuación del cuerpo de seguridad que intervino y se haga pública la grabación del incidente.

Este caso ha reabierto un tema que los seguidores del futbol en todo México conocen bien: la urgencia de repensar la seguridad en los estadios. Más allá de la rivalidad o del marcador, la vida de un aficionado nunca debería ponerse en riesgo. Y aunque los hechos ocurrieron en la capital del país, el eco del caso resuena también entre los fanáticos de Ciudad Obregón, donde el futbol se vive con la misma pasión.

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