De acuerdo con lo informado, a lo largo del año los concesionarios realizaron diversas gestiones ante las autoridades correspondientes con el objetivo de obtener un ajuste tarifario que les permitiera enfrentar el incremento en los costos de operación. Sin embargo, no se autorizó el aumento, aunque se acordó la realización de un estudio para analizar la situación financiera del gremio.

El dirigente explicó que uno de los principales problemas que enfrentan es el alto costo del combustible, el cual representa alrededor del 60 por ciento de los ingresos, sumado al desgaste mecánico y de neumáticos derivado de recorridos diarios que oscilan entre 300 y 400 kilómetros, principalmente en caminos de los valles agrícolas y la zona serrana baja del sur de Sonora.

Tapia Castillo señaló que, de concretarse un ajuste tarifario en 2026 y mantenerse el acuerdo para no incrementar el precio del diésel, los concesionarios podrían tener un “respiro” financiero que les permita continuar prestando el servicio sin afectar la operación del transporte suburbano en la región.

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