La ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024 ha estado marcada por el caos debido a largas filas y estrictos filtros de seguridad. Según reporta Adriana Terrazas de TUDN, el flujo de espectadores hacia las gradas ha sido severamente retrasado por los rigurosos controles establecidos en el Río Sena.

Los asistentes a la inauguración se han enfrentado a múltiples desafíos para acceder a los eventos. Además del boleto, se les exige una identificación oficial, lo que ha causado grandes aglomeraciones y retrasos en el ingreso. Los espacios a lo largo del recorrido del río, donde se desarrollará la ceremonia, permanecen notablemente despoblados debido a estas complicaciones.

La policía y el personal de seguridad en París están trabajando horas extras para mantener el orden. Esta madrugada, la red de trenes de la capital francesa sufrió sabotajes, añadiendo más caos a la situación. Las estrictas medidas de seguridad han generado frustración entre los asistentes, quienes no esperaban tales dificultades.

El descontento se ha visto reflejado en los alrededores del Río Sena, donde ciudadanos y turistas han expresado su enojo. Muchos se enteraron demasiado tarde sobre la necesidad de comprar entradas y generar un código QR para acceder a las zonas de seguridad, lo que generó confusión y molestias.

La situación se complicó aún más con la división de acceso en el área del evento. Las rejas colocadas en Avenue George y Avenue Montaigne separaron a los privilegiados con acceso de aquellos que no pudieron entrar. Aunque se permitía ver el evento a través de pantallas gigantes, estas estaban ubicadas en zonas de pago, limitando el acceso a la visualización gratuita.

Este despliegue de seguridad y la falta de información adecuada llevaron a que muchos curiosos se resignaran a observar el evento desde lejos, con la esperanza de ver la iluminación de la Torre Eiffel y los fuegos artificiales al caer la noche. Algunos turistas, decepcionados por la espera y la falta de información, optaron por regresar a sus alojamientos.

Los precios de las entradas para el evento variaron entre 900 y 3,000 euros, dependiendo de la categoría y ubicación. Esto añadió una barrera económica significativa para muchos que esperaban poder disfrutar del espectáculo sin un costo tan alto.

Daira Islas, una turista de Ciudad de México, compartió su experiencia en MARCA MX, destacando la confusión que enfrentó. “Mi aventura ha sido muy bonita, pero no sabíamos. Cuando compré los boletos hace un año no sabía que iban a estar vendiendo los boletos para entrar y creí que el acceso iba a ser libre”, comentó.

La falta de preparación y la desinformación han marcado el inicio de los Juegos Olímpicos en París, dejando una lección sobre la importancia de una comunicación clara y la gestión eficiente en eventos de tal magnitud.

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