SobreViva al machismo, al clasismo y al odio nacional

SobreViva al machismo, al clasismo y al odio nacional

¡La impunidad reina en la indiferencia social! En México no se respeta a las mujeres y ya no existe ningún espacio seguro.

Odio a los indiferentes. Creo que vivir quiere decir tomar partido. Quien verdaderamente vive, no puede dejar de ser ciudadano y partisano. La indiferencia y la abulia son parasitismo, son cobardía, no vida. Por eso odio a los indiferentes. La indiferencia es el peso muerto de la historia (Gramsci, 1917).

Mara Fernanda Castilla Miranda de 19 años, originaria de Xalapa, Veracruz y estudiante de Ciencias Políticas en la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (APAEP), es la joven que desapareció al abordar un Cabify la madrugada del pasado 8 de septiembre en Cholula, Puebla.

El Fiscal General del estado, Víctor Carracá Bourget, declaró que el presunto responsable se encuentra detenido desde el 12 de septiembre por el delito de privación de ilegal de la libertad. No obstante, el día 15 de septiembre, la Fiscalía General del Estado de Puebla informó que hay pruebas de que el conductor en lugar de dejar a la joven en su casa, la llevó a un motel donde ahora se sabe que fue agredida sexualmente y luego estrangulada.

Organizaciones civiles y estudiantes ante la indignación no tardaron en convocar en redes sociales, con las etiquetas #NiUnaMás y #JusticiaParaMara, a marchas el día domingo 17 y lunes 18 en la capital de Puebla, así como en la Ciudad de México, y en otras ciudades de los estados de Jalisco, Sinaloa, Nuevo León, Veracruz.

No es la primera ni la segunda vez en lo que va de este 2017, que los mexicanos en solidaridad a las víctimas de la violencia toman las calles y exigen al gobierno una alerta de género. El pasado 8 de junio del presente año, en el municipio de Nezahualcóyoltl, Estado de México, Valeria una niña de unos escasos 11 años fue atacada sexualmente y asesinada en una combi del transporte público. Familiares, amigos y vecinos de Valeria, se manifestaron en exigencia de justicia por el crimen, sin embargo, se puede corroborar que la reacción colectiva en comparación de ambos casos no ha sido la misma, ni ha tenido el mismo alcance. Pero, ¿por qué?

Para contextualizar: Mara quien es hasta ahora el feminicidio número 59 en el estado de Puebla, usaba Cabify una red de transportes cuyo servicio es privado; la empresa asegura ser una “alternativa segura” de transporte, mientras que, en contraste, la niña Valeria se trasladaba habitualmente en una combi del transporte público en el Estado de México uno de los estados más inseguros y con un mayor número de feminicidios este 2017. Con Mara se han encendido las movilizaciones, con Valeria a pesar de que las hubo, la reacción colectiva no fue la misma. Pero, ¿por qué la diferencia? ¿Un problema de clase?

Todo parece indicar que sí. La clase media tiene mayor visibilidad. Las dos son mujeres, las dos fueron víctimas de la violencia. Yo no veo diferencia alguna, no debería haber diferencia en estos casos. Sin embargo, la hay, existen diferentes reacciones en las clases sociales y la percepción no ha sido la misma. “Somos clasistas hasta para protestar” he leído.

La discriminación con base en la estratificación social en México es tan antigua como la misoginia. Y que no les ofenda, porque va más allá de una “opinión personal”, es un hecho que la sociedad mexicana es profundamente clasista y machista; por ejemplo, insultan adscribiendo a otro grupo social, y utilizan el término “indígena” para provocar, como si fuera realmente un insulto. O si un hombre quiere insultar a un hombre le dice “no seas vieja”, “no seas niña”, como si ser mujer fuera algo malo y denigrante.

Lo aberrante y el punto de reflexión, es que perdemos espacios de seguridad, ya sea en la calle, en el transporte público o en los servicios privados, la violencia está por doquier, en Chihuahua, Chiapas, Sonora, Estado de México, Puebla, Veracruz; el ambiente hostil se ha propagado por todo el territorio nacional y si algo está claro es que es te mal no respeta clases sociales. Y ante la situación actual, no puedo negar que alguna vez he sentido incertidumbre, pero nunca miedo de salir sola a correr o de fiesta un sábado por la noche. Porque si de algo estoy segura es que no voy a dejar de hacer lo que siempre hago solo porque en mi país no se respetan mis libertades.

Del odio nacional en redes sociales…

Mi país se ha teñido de sangre, sangre derramada de mujeres inocentes, cuyo único traspié es haber nacido mujer en un México misógino.

A través de tuits machistas, la sociedad mexicana condena y culpa a Mara y a los padres de Valeria tras cada uno de sus asesinatos. Si bien, ese tipo de comentarios es algo que se ha venido normalizando en la sociedad, porque si la acosan, inmediatamente dicen, “no la tocó”; le pegan, “porque algo hizo”; la secuestran, “seguro se escapo con el novio”; la violan, “ella lo provocó”; la asesinan, “una más a la lista”. Se ha vuelto algo común responsabilizar a la víctima y justificar al agresor, claro ejemplo y muy mediático fue el caso de Lesvy Berlín la joven de 22 años asesinada el pasado 3 de mayo en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). El incidente en un principio fue catalogado como “suicidio” por la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJCM).

La PGJCM dio a conocer detalles de la vida personal de la joven hallada muerta en los jardines de la Ciudad Universitaria, de la UNAM y publicaron en twitter que Lesvy estuvo “alcoholizándose y drogándose”, y que ya no era estudiante de dicha universidad pues “debía muchas materias”. Dicha publicación causo mucha controversia, ya que todo indicaba que la misma dependencia pública la hacía responsable de su propia muerte.

Usuarias en twitter no se demoraron en crear la consigna #SiMeMatan por medio de cual compartían detalles de sus vidas que podrían ser utilizados para responsabilizarlas en caso de que fueran víctimas de feminicidio. Y por increíble que suene, la misma Mara Castillo meses antes de su asesinado, al igual que cientos de mujeres se unió al hashtag #SiMeMatan. ¡Quién lo iba pensar! A través de su cuenta la joven veracruzana condenaba la criminalización de Lesvy, ella publicó lo siguiente: “#SiMeMatan es porque me gustaba salir de noche y tomar mucha cerveza”. Lo irónico es que, ahora usuarios de twitter responsabilizan a Mara de haber sido violada y asesinada. Como si un tuit justificara un crimen.

¡México surrealista! Todo ese odio sin escrúpulos en twitter y facebook me ha hecho recordar la serie de Black Mirror, un episodio en especial; “Odio Nacional” (Hated in the Nation), sí, aquel episodio en donde una agente investiga crímenes originados por el odio en las redes sociales. Quien ya vio dicho episodio entenderá mi sentir hacia aquellos cobardes que se escudan detrás de sus celulares y exhiben e injurian al prójimo en redes sociales. No me jodan, ¡veo muchos humanos, pero poca humanidad!

Pero retomando el tema, ¿qué ver si usas falda y tacones con que te violen y asesinen? ¿Acaso es justificable?, o ¿qué si sales sola por las noches y te gusta beber, bailar y divertirte, y qué si regresas muy tarde y tomas un taxi? Nada… lean bien, NADA justifica una violación y mucho menos un asesinato. Ya no sean más idiotas, por favor.

No es porque uses falda, no es porque uses tacones, no es porque salgas sola por las noches y te guste beber alcohol. Es porque eres mujer y este no es un país seguro. Es porque odian tu género. Es porque la violencia está por doquier. Es porque no hay respeto a la vida. Es porque el gobierno permite que nos sigan matando. Es porque no hay justicia. ES POR NUESTRA CULPA.

Lesvy, Valeria, Mara… y a todas las mujeres que han sido víctimas de la violencia por el simple hecho de ser lo que son, MUJER. Hoy les digo que, la culpa no es de ustedes. Porque la culpa es de la sociedad por juzgarlas y revictimizarlas. La culpa es del gobierno al ser un fiel cómplice de esta barbarie, por no garantizar su seguridad, no proteger sus derechos, por ver correr la sangre y no hacer nada al respecto y por permitir que la historia se repita una y otra… y otra vez.

Es septiembre, el mes de mi patria y se me revuelve el estómago y se me achica el corazón porque esta vez… esta vez no siento orgullo. Cada día son asesinadas siete mujeres, el índice de violencia es alarmante; vivo en un México cada día más violento y por si fuera poco un México clasista, porque es un hecho que nuestro sesgo de clase permea nuestra percepción de lo está pasando y mi “realidad no es tu realidad” y tu realidad no es la realidad de Mara, Valeria o Lesvy. Pero lo que más hace hervir mi sangre es el hecho de que vivo en un México impune, sí, porque aquí “nunca pasa nada”, aquí todo “está bien”.

Familias, eduquen a sus hijos, enséñenlos a proteger, valorar, respetar y amar a las mujeres, así podremos vestirnos y salir con quien queramos, a la hora que sea SIN MIEDO a ser víctimas de la injusticia de ser mujer en un país diseñado para hombres. Y recuerden siempre que, el feminismo debe comenzar en el hogar. Enseñemos con el ejemplo.

Gobierno, exigimos calles más seguras, un transporte de calidad, exigimos protección a nuestros derechos humanos y JUSTICIA para todas y cada una de aquellas mujeres a quienes la violencia de género les ha arrebatado la vida. Exigimos NO MÁS IMPUNIDAD.

Te quiero México, pero a veces me haces darme contra la pared.

¡NI UNA MÁS! ¡VIVAS NOS QUEREMOS!

 

KARLA ACUÑA

Estudiante de Ciencias Políticas y Gestión Pública
ULSA NOROESTE
Selección Nacional de Karate Do

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