Niños de cinco años trabajando como esclavos en Norcorea

Niños de cinco años trabajando como esclavos en Norcorea

COREA DEL NORTE.- Conmoción, indignación y enojo es lo que ha causado una serie de imágenes inéditas que reflejan claramente la violación a los derechos humanos en Corea del Norte donde se puede ver a cientos de niños esclavos trabajando bajo el sol ardiente y con altas temperaturas mientras remodelan las vías del ferrocarril con martillos.
Son los niños esclavos del líder norcoreano, Kim Jong-un, obligados a cargar rocas pesadas en sacos mientras otros reparan las vías, llegando a trabajar hasta 10 horas al día.

Los menores que deberían de estar en la escuela, son sacados de clases para ser forzados a llevar a cabo este trabajo agotador.

Y lo que resulta más indignante es que a cientos de kilómetros de distancia, en su palacio “el déspota Jong-un disfruta de una vida de lujo y no piensa en la esclavitud a inocentes que apenas alcanzan los cinco años de edad”, así como lo señala el diario Daily Mirror, que ha hecho circular las fotografías que han sorprendido al mundo.

Michael Glendinning, de la Alianza Europea de Derechos Humanos en Corea del Norte, dijo: “Las imágenes obtenidas por el Mirror son sorprendentes, es la documentación de uno de los peores abusos que el estado norcoreano comete: el trabajo infantil”.

El material fotográfico fue proporcionado por una red de informantes infiltrados en las zonas de trabajo, gracias al usó cámaras ocultas para grabar secuencialmente la evidencia en el transcurso de este año.

En la película que fue filmada en la provincia nororiental de Ryanggang, se pueden apreciar escenas indignantes que constatan el abuso infantil: un niño de aproxiademente 8 años, vistiendo una camiseta de fútbol de Inglaterra que molido y desesperado, se le ordena que rompa rocas en un acantilado; niñas que se emparejan mientras luchan para levantar cargas pesadas en montones y un joven que convulsiona por el cansancio.

El film también toma a los maestros que se encuentran presentes en el lugar protegiendo sus rostros del fuerte sol del mediodía mientras observan a decenas de menores, que sumamente débiles, apenas si pueden cargar sacos pesados tan grandes como sus cuerpos.

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